El cuero es un material que, bien tratado, tiene una elevada durabilidad, pero tiene dos enemigos, la exposición prolongada al sol, y el agua, así que, en la medida de lo posible, hay que intentar evitarlos. 

El cuero, como nuestra piel, necesita de limpieza e hidratación para lucir en pleno esplendor.  

Siguiendo estos tres sencillos pasos tus artículos de piel no solo envejecerán con salud, sino que se embellecerán con el transcurrir del tiempo: 

1/ Limpia la superficie con una gamuza ligeramente húmeda, y espera a que quede seca por completo. 

2/ Emplea la gamuza para aplicar una crema específica para el cuidado del cuero, realizando movimientos circulares. Esto te ayudará a nutrirla, y potenciar su color y brillo naturales. 

Existen muchos tipos de acondicionadores que puedes emplear, lo importante es mantener la piel bien hidratada. Nosotros te recomendamos cremas de producción orgánica, como las elaboradas a partir de cera de abeja. 

3/ Utiliza un cepillo de cerdas de crin para extender el acondicionador de manera que se rellenen los raspones que pueda tener el artículo. Al finalizar, retira el exceso de producto con un paño seco y limpio.